Restos de jabón o de productos de higiene, pelo, cal disuelta en el agua… Todo ello hace que, si no tenemos un poco de cuidado, el lavabo acabe atascándose. No solo no tragará bien, sino que, además, es fácil que aparezcan olores desagradables.

Por eso, el mejor consejo es limpiar el desagüe de manera periódica, y mucho más ante cualquier señal de que comienza a formarse un tapón. ¿Pero cómo hay que hacerlo?

1. Usa un desatascador manual

Los remedios más sencillos y más tradicionales a veces son los más efectivos. Procura tener siempre en casa un desatascador manual de los de toda la vida. Eso sí, al usarlo, recuerda tapar bien el rebosadero para que haga el efecto vacío adecuado.

2. Vierte agua muy caliente

Muchas veces los atascos están provocados por las grasas que contienen los productos de higiene y aseo. Para disolverlos, prueba a echar agua muy caliente, prácticamente hirviendo, verás como en poco tiempo el tapón se diluye y el lavabo vuelve a funcionar sin problemas. 

La única precaución que debes tener es comprobar que el desagüe y la tubería están en buen estado y pueden soportar sin problema el agua a temperatura muy elevada.

3. Vinagre y bicarbonato

Si el atasco persiste, puedes probar con estos dos productos que seguro que tienes en casa. Echa un puñado de bicarbonato por el desagüe y luego agua muy caliente. Déjalo actuar y, si ves que no se ha disuelto del todo el atasco, vuelve a echar bicarbonato y luego vinagre. Oirás como se va disolviendo el atasco, ya que ambos productos son efervescentes. Después de un rato ya solo quedará aclarar bien echando más agua caliente para que arrastre la suciedad.

Si en vez de vinagre usas sal y bicarbonato en el segundo paso, el resultado será igual de efectivo.

4. Usa un desatascador químico

En comercios especializados encontrarás productos químicos indicados para la limpieza de tuberías. Puedes emplearlo si las otras soluciones no acaban con el atasco, pero hazlo siempre siguiendo escrupulosamente las instrucciones y evítalos en la medida de lo posible.

5. Revisa el sifón y el tubo sifónico

Si el atasco no es profundo, tal vez puedas acabar con él retirando el sifón del lavabo. Pon un cubo debajo al quitar la tapa para que caiga el agua retenida. Comprueba que no hay suciedad acumulada en la parte curva y, si no es así, prueba a echa agua caliente directamente por la tubería o introduce con mucho cuidado un desatascador de muelle. 

El otro punto en el que puede haber un atasco es en el tubo sifónico. Simplemente hay que desenroscar la tapa decorativa, abrir el tubo y retirar la suciedad que pueda haber en su interior antes de cerrarlo de nuevo.

Son pequeños trucos para limpiar las tuberías que no presentan grandes problemas. Pero si el atasco es severo, lo mejor será solicitar los servicios de un profesional. Nunca debes verter líquidos que puedan ser corrosivos o introducir elementos para intentar deshacer un atasco persistente porque puedes provocar un daño aún mayor en las tuberías. No lo olvides.

Fuente: habitissimo

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